Alocada, entretenida y divertida película, dirigida por Francis Veber y protagonizada por el versátil Depardieu y el siempre hierático Jean Reno. La historia narra la amistad entre dos reclusos del todo diferentes: Quentin es locuaz hasta la médula y Ruby habla poquísimo, el primero es "rematadamente tonto" (según el diagnóstico del psiquiatra del Centro penintenciario) y desorganizado mientras el segundo es inteligente y planificado, el primero necesita tener un amigo y el segundo no quiere amigos. Ambos coinciden solamente en la voluntad de fugarse, si bien por razones diferentes: Quentin quiere montar un bar a medias con Ruby y éste sólo quiere vengar la muerte de Sandra, su amante. La convivencia de ambos personajes en prisión, en el hospital psiquiátrico, en la fuga y en la huída da lugar a una sucesión incesante de situaciones cómicas, que resultan tan efectivas como divertidas. La interpretación de los dos protagonistas es francamente buena, especialmente la de Depardieu. La obra es una comedia de humor a la francesa, que se agradece porque es diferente del manido humor americano y porque sus planteamientos tienen un agradable sabor europeo. El rimto de la acción y las situaciones exageradas rememoran antiguas comedias francesas de humor de los años 60 y 70.
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